Pecanas o nueces pecán: por qué dicen que son un superalimento

 
La pecana o nuez pecán (que en realidad no es una auténtica nuez, pero se la conoce popularmente así) es uno de los alimentos naturales que más está siendo empleado en el mundo entero como una alternativa nutricionalmente beneficiosa.

Algunas personas denominan a este fruto seco “superalimento” por sus grandes características, que son genuinas virtudes:

  • Son sabrosas (dulces)
  • Tienen gran poder antioxidante
  • Ayudan a regular el azúcar en la sangre
  • Ayudan a fortalecer los huesos
  • Fortalecen el colágeno y la elasticidad de la piel
  • Contribuyen a la formación de glóblulos rojos
  • Se pueden comer con alimentos dulces y salados
  • Previenen afecciones cardíacas


Haciendo un poco de historia, del árbol conocido técnicamente conocido como Carya illinoinensis, o “pecán”, y su fruto la pecana se puede decir que son originarios de América, de la región norte (partes de lo que actualmente es México y Estados Unidos de América).

Este interesante fruto era ya consumido por las culturas precolombinas, incluso de diferentes maneras, pero no ha sido sino recientemente descubierto que tiene importantes cualidades nutricionales, comparativamente mejores que las de otros alimentos naturalmente esenciales.

Por ejemplo, posee más capacidad antioxidante que el resto de los frutos secos, porque su composición alta en flavonoides favorece en el organismo una mejor capacidad para la prevención de patologías relacionadas con el corazón.

Y es por ello que cada vez se está ampliando más la zona de cultivo de este árbol con el propósito de producir pecanas para uso cotidiano alimentario, pues cada vez más personas en todo el mundo la van incorporando a su dieta, aprovechando sus beneficios alimentarios y nutricionales, ideales para una vida más saludable y natural, lejos de los productos industriales prefabricados o abundantes en agregados poco beneficiosos.


Propiedades nutricionales de la nuez pecán cada 100gramos

 

Calorías: 710kcal (2958 kJ)

Calorías de la grasa: 630kcal (2625kJ)

Grasa total: 70g

Grasas saturadas: 6,7g

Colesterol: 0

Sodio: 0

Carbohidratos: 13,3g

Fibra alimenticia: 6,7g

Azúcares: 3,3 g

Proteínas: 10,0 g

Vitamina A: 130,0 UI

Vitamina C: 2,0 mg

Tiamina: 0,9 mg

Riboflavina: 0,1 mg

Niacina: 0,9 mg

Calcio: 73,0 mg

Hierro: 2,4 mg

Potasio: 603,0 mg

Magnesio: 142,0 mg

Fósforo: 189,0 mg



Ácidos Grasos Saturados: 9,6%

14:0 ácido mirístico: 1,4%

15:0: 0,3%

16:0 ácido palmítico: 5,1%

17:0 ácido margárico: 0,4%

18:0 ácido esteárico: 1,9%

20:0 ácido araquídico: 0,5%



Acidos Grasos Monoinsaturados: 56.0%

Acido palmitoleico: 0.6%

Acido oleico: 54,2%

Acido eicosenoico: 0,8%

Poliinsaturados: 34,4%

Acido linoleico: 32,2%

Acido linolénico: 2,2% 10​


(fuente de estos últimos datos: Wikipedia)

Qué alimentos comer que contengan antioxidantes

Es una necesidad ahora y lo ha sido antes: comer alimentos que contengan antioxidantes. 
Para el organismo humano, un plan alimentario abundante en vegetales es una genuina necesidad en términos generales, y más si lo que se está buscando es  combatir los radicales libres.
Efectivamente, ¿cómo funcionan los antioxidantes? lo que hacen es atacar a sus enemigos naturales los radicales libres, responsables del daño y envejecimiento de las células corporales.
 

¿Dónde se encuentran los antioxidantes?
Su cuerpo produce algunos antioxidantes con el objeto de combatir los radicales libres que se forman durante los procesos corporales normales. Su cuerpo también puede obtener antioxidantes cuando usted consume una dieta saludable. Algunos ejemplos de alimentos ricos en antioxidantes incluyen frutas y vegetales (verduras) que tienen un alto contenido en substancias nutritivas tales como vitaminas A, C y E, beta carotenos, luteína, licopeno y selenio.
La mejor manera de obtener antioxidantes es consumir una dieta rica en vegetales, frutas, granos enteros, semillas y nueces. La variedad también es importante, y por eso les presentamos una lista de los mejores proveedores de antioxidantes.

* Huevo
* Melón
* Mantequilla
* Leche
* Col rizada
* Coliflor
* Kiwi
* Hígado
* Pimiento verde
* Papaya
* Queso
* Col de Bruselas
* Fresas
* Naranja
* Pasta
* Pan
* Arroz
* Trigo
* Maíz
* Nueces
* Carne de res
* Pescado
* Pavo
* Maní
* Avellanas
* Aceite de soya
* Espinaca
* Acelga
* Aceite de girasol
* Aceite de maíz

Con respecto a los b
etacarotenos, están en alimentos como frutas y verduras de colores vivos, incluso en las zanahorias, arvejas (chícharos), melón cantalupo, albaricoques, papayas, mangos, duraznos, calabaza, brócoli, batatas y calabacín. Estos también pueden encontrarse en algunos vegetales (verduras) de hojas verdes, incluso en las hojas de las remolachas, espinacas y col rizada.
La luteína: se encuentra en los vegetales de hojas verdes tales como espinacas, acelgas y col rizada, brócoli, maíz, arvejas (chícharos), papayas y naranjas, en tanto que el licopeno: se encuentra en las frutas y verduras de color rosa (rosado) y rojo, tales como la toronja rosada, la sandía (patilla), los albaricoques y los tomates.

Semillas en tu dieta: valor nutricional, propiedades y componentes metabólicos

Sea en el desayuno, en el almuerzo o en cualquier ingesta de comida, una de las más sanas opciones son las semillas de chia. Pero si tienes de ellas en casa, puedes agregar semillas de calabaza (altamente nutricionales), y también las de girasol, lino y sésamo han de tener su lugar tanto en la dieta como en la cotidiana alimentación orgánica y consciente.
Así que -por si acaso quedaba alguna duda- aquí te contamos nada menos que los componentes nutricionales y el valor metabólico que tienen estas semillas como componentes de la dieta.

Semillas de sésamo

No tienen que envidiarles nada a las otras, porque tienen una buena proporción de calcio, y también otros minerales importantes metabólicamente como el fósforo, el magnesio y también algo de hierro.
En cuanto a las vitaminas, posee una importante cantidad de las del tipo B y también una dosis respetable de vitamina E. Finalmente, tiene grasas insaturadas y proteínas vegetales.


Semillas de calabaza

Las comas en el trabajo, en el transporte o en casa, son muchas las propiedades de las semillas de calabaza. Buena en ácidos grasos Omega (3 y también 6), y con una nada despreciable proporción de fibra (puedes ver su importancia nutricional aquí), la semilla de calabaza es sabrosa y realmente útil para la vida y la alimentación consciente.
También realiza un buen aporte en cuanto a vitamina E, vitamina A, y tiene altas concentraciones de fósforo y potasio, así que ayuda para tu actividad física.


Semillas de chía

Como antes te decía, otra buena opción son las de chía. Aportan muchos minerales nutricionalmente sensibles, como el magnesio, fósforo, selenio, zinc y -como si ello fuera poco- una dosis importante de calcio.
También las semillas de chía son buenas pues proporcionan proteínas naturales, y por eso hoy día son tan usadas en ensaladas, comidas diversas y colaciones.

Semillas de girasol

Minerales: calcio, fósforo, magnesio y potasio. Y las semillas de girasol también ayudan a nutrirnos a partir de contener ácidos grasos beneficiosos para reducir el colesterol malo (monoinsaturados, poliinsaturados)
Ya hemos hablado de la necesidad del ácido fólico, y, al igual que las de calabaza, estas simientes alimentarias -tan propias de nuestros tiempos de alimentación sana, orgánica y comprometida- tienen una dosis nada despreciable de fibra.

Semillas de lino

Finalmente, y siguiendo con el tema de los alimentos ricos en fibra, las semillas de lino tienen una proporción importante de ella, pero con el plus de que se trata de fibra soluble, cuya ventaja cualitativa la hace importante y necesaria para reducir el colesterol y para el buen desempeño intestinal.
Pero acaso lo más importante es que tienen bastante de Omega 3, esos ácidos grasos tan importantes que, inclusive, hacen bien a las funciones cerebrales y a la salud cardiológica.
También incluye en partes significativas vitamina E y vitamina C.

8 razones motivacionales para decidirse y empezar a hacer una dieta

¿A qué nos referimos con razones motivacionales para tomar la difícil decisión de -finalmente- empezar un régimen de alimentación para bajar de peso?
Son razones de peso, pues todo es verdadero, que tomarlas en cuenta es un buen elemento motivador, si se piensa seriamente en ello y si realmente queremos vernos mejor y superarnos, para trabajar los aspectos de nuestra personalidad que nos acompañarán en este proceso:
  1. Lo que haremos no será una dieta temporal, sino cambiar nuestra calidad de vida, nuestro modo de comer o hábitos alimentarios de modo que ya no volveremos a ser la persona que éramos antes
  2. Nuestro cambio físico y en hábitos redundará en un mejor nivel de satisfacción con nosotros mismos, aumentando nuestro nivel de felicidad y nuestra actitud mental
  3. Adoptar un plan alimentario serio y completo nos obligará a enfrentarnos con la necesidad de adoptar el hábito de realizar actividad física regular, lo que contribuirá -si lo incorporamos definitivamente- a mejorar nuestra vida cotidiana llegar en mejores condiciones a nuestra ancianidad
  4. La gimnasia física, además de ayudarnos a oxigenar nuestro cuerpo -y nuestro cerebro- y a producir endorfinas, contribuirá para una adecuada ejecución de los procesos metabólicos evitando la acumulación de grasa en el cuerpo
  5. Es bueno proponerse planes y llevarlos a cabo. Aunque la dieta nos parezca algo desagradable y quizás "inevitable", ya mismo desde la toma de decisión de seguir todos los pasos, los tiempos, las comidas y los alimentos (y evitar otros), nuestra mentalidad se va transformando, se vuelve proactiva, de a poco hace que nos vayamos dando cuenta de nuestra capacidad como humanos para transformar el medio exterior (transformar, por ejemplo, nuestro entorno alimenticio) y a nosotros mismos, lo que si se lleva a otros planos de nuestra vida la transormará sin dudas positivamente.
  6. Podemos hacerlo. Es posible: esa imagen que está ahí en nuestra imaginación puede convertirse en algo real. Nuestra mente comprende que si no comiéramos de tales malas maneras, si evitásemos ciertos alimentos y realizásemos algunas tareas en el gimnasio sin dudas nuestro cuerpo cambiaría y mejoraríamos, pero a veces nos cuesta hacerlo. Mas ¿por qué no pensar en que precisamente lo bueno es que es posible, que estamos deseando algo realizable y bueno para nosotros, y no una quimera? La prueba de que es posible llegar al objetivo de nuestra dieta (perder cierta cantidad de peso, cambiar la figura, cansarnos menos) son las otras personas que lo han hecho, y miles de testimonios nos muestran que si podemos hacerlo...entonces podemos hacerlo!
  7. Avanzaremos hacia una alimentación consciente al conocer bien los procesos del organismo relacionados con la ingesta de ciertos alimentos, y en algunos casos con la realización de ciertas actividades. Con el tiempo, sentiremos el poder de comer algo sabroso, o de personalizar nuestras comidas y dietas porque sabremos perfectamente cuál es su aporte nutricional, alejándonos de las comidas (y de los modos de elaboranlas) que no son sanas.
  8. Evitaremos enfermedades. Una buena dieta lo primero que enseña es que hay que comer mejor, por ejemplo realizando varias comidas diarias para evitar la acumulación de grasa y para favorecer la recuperación y reproducción de tejidos, por ejemplo de nuestra masa muscular. Pero además, una dieta equilibrada y completa mejorará sensiblemente nuestro sistema inmune, tanto como su combinación con la gimnasia, lo que hará realmente de nosotros personas mejor preparadas para que nuestro organismo evite contraer enfermedades y actúe adecuadamente como respuesta de protección e inmunidad ante amenazas en nuestros tejidos celulares.

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner

Buscar en Dietas Salud